El 10 de Agosto es el aniversario de la Primera Vuelta al Mundo, que este año es aún más relevante al tratarse del centenario. En esta fecha, cambió la concepción del mundo, suponiendo un estandarte en el mundo del transporte y el hito por excelencia en la vía marítima.
En 1517, Fernando de Magallanes , se dirigió a Sevilla con Rui Faleiro. Allí, encontró en el factor de la Casa de Contratación sevillana, un aliado importante para su proyecto de dar a España la posibilidad de llegar a las Molucas por occidente, sin atravesar mares reservados a los portugueses por el Tratado de Tordesillas. Además de eso, se marcó como objetivo probar que las «Islas de la Especiería» se encontraban en el hemisferio castellano. Así, con la influencia de Juan Rodríguez de Fonseca, obispo de Burgos, consiguieron la aprobación del rey Carlos I.
El lunes 10 de agosto de 1519, cambió la concepción de la Tierra tal y como la conocemos ahora. Se inició un proceso que convirtió al mundo en un objeto abarcable y los mares dejaron de ser inconmensurables.
El 20 de septiembre la expedición zarpó, con 239 hombres y cinco naos que partieron para proseguir la expedición comenzada en Sevilla, con la intención de encontrar el paso marítimo hacia los territorios de las Indias Orientales. De esta manera, buscaban el camino que, recorriendo siempre mares castellanos (según el Tratado de Tordesillas), llegase a las islas de las especias, lo que era la llamada ruta hacia el oeste que ya había buscado Cristóbal Colón.
Así, tras una descarga de artillería, la circunnavegación a la Tierra, la primera vuelta al mundo abanderada por la corona española y capitaneada por Fernando de Magallanes inició travesía rumbo a los fértiles enclaves que albergaban las especias
El 21 de octubre de 1520 alcanzaron el estrecho de las 11.000 (estrecho de Magallanes) en busca del paso al mar del sur. Por suerte, no se encontraron con ninguna tormenta en la travesía por el Océano Pacífico, al que se bautiza con tal nombre (que permanecería, haciendo olvidar el anterior de mar del Sur) debido a la calma. Sin embargo, no hallaron Tierra firme hasta al cabo de tres meses.
Antonio Pigafetta, cronista y geógrafo veneciano, que participó de la expedición a sus propias expensas, escribió un diario completo del viaje, posibilitado por el hecho de haber sido uno de los pocos viajeros en retornar vivo a Europa. De esa forma, llegó a la posteridad un importante registro de donde se puede extraer mucho de lo que se sabe de este episodio de la historia, donde se plasmaba un gran valor del capital.
El 6 de noviembre de 1521, fue cuando llegaron a las islas Molucas. Aquí, encontraron por fin los silos del clavo, la canela, el jengibre y la nuez moscada y ante este descubrimiento, decidieron regresar.
La tarea de Juan Sebastián Elcano tras la muerte de Magallanes requería de una gran táctica y conocimiento náutico, pero sobre todo de una entereza implacable. No solo tenía que hacer frente a las presiones del mar, también al escorbuto y a la inanición. El 6 de abril doblaron el Cabo de Buena Esperanza, sin apenas víveres ni agua, y tuvieron que permanecer nueve semanas parados, con las velas plegadas esperando a que los vientos soplaran y reanudar la marcha.
El 8 de septiembre 1522, 18 hombres exhaustos, hambrientos y enfermos regresaron a Sevilla. Bajaron del barco descalzos con un velón en la mano para visitar la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria y Santa María La Antigua, tal y como habían prometido en los incontables momentos de desesperación y angustia. El Emperador Carlos I, llamó a Elcano a la corte. Fue nombrado Hidalgo y le confirió un escudo con los ramos de canela junto con las especias nuez moscada y clavo, y la esfera terrestre cruzada por la leyenda «PRIMUS CIRCUMDEDISTI ME» («Fuiste el primero que la vuelta me diste»).