IMO 2020, ¿cómo afecta a las empresas?

El nuevo año empieza en poco menos de dos semanas con un nuevo reto para las empresas navieras: la adaptación de su flota a la normativa de la Organización Marítima Internacional, dentro del marco del Convenio MARPOL.

La IMO 2020 se presenta como una normativa que restringe el uso de petróleo en barcos ya que, a partir del 1 de enero de 2020, este no podrá superar el máximo de azufre del 0,5% masa/masa. Es importante destacar que en las restricciones actuales permiten el uso de combustibles que contengan hasta un 3% en azufre.

Con ello se busca mayor sostenibilidad para el medio ambiente y la salud humana frente a estos óxidos. Precisamente, con ello, se prevé reducir el 77% de las emisiones totales de los buques.

 

¿Qué medidas de la IMO 2020 son necesarias?

Entre las opciones disponibles para ajustarse a estas nuevas exigencias, se encuentran principalmente:

  • La medida más sostenible pasa por el uso de bajo (incluso cero) contenido en azufre, como pueden ser los biofueles o el gas licuado.
  • La más común es encontrar un combustible que cumpla el requisito principal de contenido de azufre recogido en la norma.
  • También existe la opción alternativa de instalar un sistema de limpieza de los gases de escape, por lo que el combustible empleado podría superar los límites de azufre establecidos.
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    ¿Afectarán estas medidas al precio?

    Mientras que las soluciones pueden parecer amplias, incluyendo algunas que no requieren una inversión en la infraestructura de las naves, lo cierto es que optar por combustibles alternativos o de bajo contenido, supone un encarecimiento para las empresas. Esto se debe a que no existe una amplia disponibilidad de estos, y frente a un aumento de la demanda, se elevarán sus precios.

    Como es previsible, parte de estos cambios se verán reflejados en los fletes, mediante recargos. Los términos habituales para estos son:

    • BAF (Bunker Adjustment Factor)
    • EBS (Emergency Bunker Surcharge)
    • BUC (Bunker Contribution)
    • BRC (Bunker Recovery Cost)

     

    Por lo tanto, dependiendo de la empresa, el incremento en los fletes será mayor o menor. De hecho, desde la organización se han establecido ayudas disponibles para muchas empresas que no puedan hacer frente a los cambios, con el fin de evitar que algunos mercados puedan perder competitividad.

    Según los expertos, la tendencia es que se extienda la utilización de carburantes con menos contenido de azufre, y que los barcos fabricados a partir de ahora usen una nueva tecnología que le permita operar con gas. Además, se espera que con la experiencia surjan y mejoren las soluciones, normalizando la situación y los precios.

    Ante esta subida generalizada en el sector de las navieras, desde CST Grupo seguiremos observando el entorno para poder atender las dudas de nuestros clientes de primera mano.

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